Llaman “Monstruo” a una madre que tiene 6.000 tumores y vive escondida: Todo cambio hasta que su hija la vio en un escenario
Muchas veces las personas tenemos defectos que nos averguenzan o no nos gusta simplemente y no se lo contamos absolutamente a nadie. Pero para Libby Huffer no era para nada fácil.
Estos pequeños tumores cubrían por completo, de arriba hasta abajo, el cuerpo de Libby. Y además vivía en un constante dolor.
Fue objeto de burla por su apariencia y durante su adolescencia la insultaban con palabras terribles como “monstruo” o “sapo”.
Cuando Libby se quedó embarazada de su hija la situación empeoró por culpa de las hormonas. Al final tenía más de 6.000 tumores que cubrían todo su cuerpo y el dolor era casi insoportable.
Para aliviar los síntomas, tuvo que recurrir a trece medicamentos diferentes. Solo abrazar a su hija le suponía un dolor increíble.
La situación de Libby suponía que nunca podía pasar desapercibida. Ni siquiera podía ir a la tienda sin que nadie la señalara o le preguntara qué tenía en la cara.
Finalmente su autoestima era tan baja que se decidió por no salir nunca a la calle.
Durante los años siguientes Libby tuvo que someterse a diez operaciones para quitarse los tumores. Pero de nada servía porque tan pronto se los quitaban volvían a aparecer.
Pero el año pasado Libby tomó una decisión. Dejaría de esconderse e iba a enseñar su cuerpo con la esperanza de conseguir ayuda económica. Porque de una vez por todas iba a realizar el tratamiento que podría ayudarla.
“No creo que la gente me mire tanto como antes. Bueno los niños me siguen mirando a veces. ¡Pero debo decir que he notado una diferencia tremenda! comenta Lindsey al periódico británico The Sun y continúa:
”Ahora ya no tengo tantos tumores en la cara y por ello he mejorado mi autoestima después de la operación”.
En el vídeo se puede ver la transformación.
Cuando ella era una adolescente, tuvo un periodo muy complicado, ya que ella sufría de neurofibromatosis o la enfermedad de Von Recklinghaus, como también se le conoce. Es una enfermedad genética que hace que tumores no cancerígenos crezcan en el cuerpo.
Estos pequeños tumores cubrían por completo, de arriba hasta abajo, el cuerpo de Libby. Y además vivía en un constante dolor.
Fue objeto de burla por su apariencia y durante su adolescencia la insultaban con palabras terribles como “monstruo” o “sapo”.
Cuando Libby se quedó embarazada de su hija la situación empeoró por culpa de las hormonas. Al final tenía más de 6.000 tumores que cubrían todo su cuerpo y el dolor era casi insoportable.
Para aliviar los síntomas, tuvo que recurrir a trece medicamentos diferentes. Solo abrazar a su hija le suponía un dolor increíble.
La situación de Libby suponía que nunca podía pasar desapercibida. Ni siquiera podía ir a la tienda sin que nadie la señalara o le preguntara qué tenía en la cara.
Finalmente su autoestima era tan baja que se decidió por no salir nunca a la calle.
Pero el año pasado Libby tomó una decisión. Dejaría de esconderse e iba a enseñar su cuerpo con la esperanza de conseguir ayuda económica. Porque de una vez por todas iba a realizar el tratamiento que podría ayudarla.
“No creo que la gente me mire tanto como antes. Bueno los niños me siguen mirando a veces. ¡Pero debo decir que he notado una diferencia tremenda! comenta Lindsey al periódico británico The Sun y continúa:
”Ahora ya no tengo tantos tumores en la cara y por ello he mejorado mi autoestima después de la operación”.
En el vídeo se puede ver la transformación.
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